Artículos
LA ÉTICA EN LAS ORGANIZACIONES EMPRESARIALES ENLIMA
Rayniero José Aristizábal
Castañeda
Código ORCID:
0000-0002-5129-2555
Profesor de
Contabilidad
Candidato a
Doctor en Humanidades en la Universidad de Piura
Correo electrónico: pcadrari@upc.edu.pe
Recibido: 10
de enero de 2019
Aprobado:15demarzode2019
Cómo citar esteartículo:
Aristizabal,
A.(2019).Laéticaenlasorganizacionesempresariales en Lima. Review of Global Management, 5(1), 1-11.
RESUMEN
En este ensayo se presenta una reflexión pragmática
sobre la problemática de las organizaciones empresariales, en cuanto a la
ética, en el normal desenvolvimiento de sus actividades, en la Lima actual. La
finalidad de esta reflexión es generar conciencia, desde tres frentes, en
cuanto al comportamiento de los dueños de estas organizaciones en el ambiente
social en el que conviven: el primer frente es la ética para una persona de
negocios; el segundo, el arte de hacer negocios y su cultura organizacional; y,
finalmente, como tercer frente, las empresas enfocadas en el bien común.
Palabras clave: Ética, comportamiento organizacional, cultura organizacional.
ABSTRACT
This essay presents a pragmatic reflection about the problems of firms, in Lima, as far as ethics is concerned, as they pursue their ordinary business affairs. The objective of this reflection is to raise an awareness, through three fronts, as far as the behavior of the owners of these organizations, within the social framework in which they coexist: the first front is ethics for a businessperson; the second, is the art of doing business and its organizational culture; and, finally, as a third front, the companies focused on the common good.
Keywords: Ethics, organizational behaviour, organizational culture.
LA ÉTICA PARA UNA PERSONA DE NEGOCIOS
La definición de “hombre”
puede devenir en postulados muy claros, como “un espíritu en el tiempo”1 , que trasciende a su historia o a cualquier otra ciencia que quisiera
describirlo. Es mucho
más que lo corpóreo o lo racional.
Un espíritu que está pensando todo el tiempo y que disfruta de aquellos
momentos cortos de gloria. El pasado le permite definir
claramente “quién no es”, mientras que el futuro
le brinda una definición de “quién quiere
ser”. Sin embargo, se hace muy difícil descubrir el aquí y el ahora.
Muchas frases definen
respuestas automáticas frente a las exigencias de otras personas o del mercado,
como “Ahorita”, “Ya” o “Lo necesito para ayer”,
pero pierden el sentido del tiempo y sobretodo de la persona a quien se lo dicen. Comparamos
el pasado con el presente. Ello nos permite
determinar un pronóstico hacia el futuro; es decir, una intuición sensible. En muchos casos
se considera líder
a una persona sin
experiencia, o en estos términos, sin pasado, pero
que tiene la apertura
y la habilidad de pedir
consejo a los más antiguos.
La persona
también puede ser definida como
un resolvedor de problemas,
en lugar de un animal
racional. Para Aristóteles y, en una versión
más actual, para Leonardo Polo,
hay personas pensantes, ergo, homo sapiens y los ejecutivos, “homo faber”, o esclavos que no piensan. Así pues,
tenemos las culturas empresariales apegadas al sistema formal para
contar con “grandes ejecutivos” y con el resto de
personal que les sirve para
sus propios objetivos. Grandes corporaciones empresariales que
buscan grandes intereses personales de unos
pocos; una base
de nuestro sistema de convivencia reinado por las grandes mentes del tener, que se perpetúan en un mayor poder
económico, mayor poder político
de los gobernantes, o mayor poder de influencia de los
pensantes.
El hombre determinó
tiene que convivir en un ambiente de desafíos constantes, pues en su afán de resolver sus
necesidades básicas y superiores creó al capital como mecanismo inherente de
sobrellevar una vida complicada, al punto de pensar
que, mientras más capital se tiene, más fácil será resolverlos
problemas. Sin embargo, los problemas nunca se terminan; por el contrario,
aparecen exponencialmente. Por ello, existe una definición de empresa que es la
siguiente: “una organización social, una asociación de personas para la explotación de un negocio
que tiene por fin un determinado
objetivo, que puede ser el lucro o la
atención de una necesidad social”2. Es decir, creando una necesidad
o por sentir la obligación de enriquecerse se funda una organización destinada
a solucionar a la persona todos sus problemas. Al se resta un ser que va en busca de la perfección ha podido
convertir en arte la forma en que gestiona sus negocios, pero siempre siguiendo
el afán de solucionar su vida con más capital: saber hacer y hacer bien, como
lo define Aristóteles. Llegamos al punto de ser
capaces de crear nuevas técnicas para generar valor desde diferentes
ámbitos de aplicación, como el marketing, las finanzas o la ingeniería, en que
los procesos son la máxima expresión de trabajo bien hecho, hasta perder todo
sentido humano de “por qué hago lo que hago”,
como se preguntaría unbuen modernista3. Es aquí quela persona
se define como una
solucionadora de problemas con una metodología muy clara:
i) tenerla mente
en blanco ii) crear asociaciones yiii) definir
el problema para ejecutar.
La
historia de la cultura occidental de muestra que frente a una gran necesidad se puede
llegar a descubrir una nueva ciencia;
es más, retan
al estado del
arte, recurriendo a la inteligencia para
dar soluciones. Por ejemplo, ante la
muerte y las enfermedades se nos
ocurrió la medicina; frente a
la escasez y la
hambruna, las ciencias económicas; para los problemas de organizar al
pueblo se nos ocurrió el discurso
legal; y, finalmente, se nos ocurrió
la tecnología frente
a
la falta de capacidad.
La persona humana no
es un sistema, es sistémico4 . Es decir, su ambiente perfecto de producción
es formar parte de algo y tener una
persona o máquina en su funcionalidad. Pueden existir problemas analíticos, es decir, puntuales, y sistémicos, es decir, integrales.
El ser humano es sistémico, pero tiene el deseo interior de pertenecer a algo mayor. El, se queda
en un trabajo porque se
siente bien por lo que sigue haciendo lo mismo en el ámbito empresarial por años
y décadas. Muchos empresarios encontraron un buen negocio y, a pesar de los malos momentos o crisis
en tiempos pasados, siguen haciendo su actividad económica dentro del mismo
ambiente que los albergó y les hizo pasar buenos momentos.
La ética
es el ejercicio de la verdad. Y he aquí
que la verdad, por más
dura que sea, termina
conociéndose tarde o
temprano. Nuestros deseos más intensos
por encontrarla nos hacen caer
en la tentación de encubrirla con la mentira. Mucha gente, por querer solucionar
sus problemas y hacer perdurar los mecanismos que tiene para mantener sus “sueños”, pierden todo sentido ético. De grandes luchadores contra la injusticia pasan a aprovecharse de la virtud que en algún momento los hizo buenos
para la sociedad.
En el Perú tenemos ejemplos de políticos que
vieron al Estado como una oportunidad de negocio. El expresidente de la
República, Alejandro Toledo, es un
buen ejemplo de ello. Toledo llegó al poder vía —y su lucha contra la corrupción, para luego convertirse en el presidente que solicitó más sobornos
a Odebrecht. El expresidente Alan García, por
su lado, , que pasó de no tener nada
más que un sueño
de lo que no quería
hacer, a convertirse en un magnate
con dinero de dudosa procedencia.
Asimismo, el expresidente Pedro Pablo Kuczynski, cuyo máximo propósito
de vida fue llegar a la
primera magistratura, valiéndose de sus aciertos económicos, que
le ayudaron a una buena gestión para conseguirlo a toda costa5.
La ética, como se dijo
arriba, es el ejercicio de la verdad, por lo que hay muchas maneras de errar y
solo una de acertar; y para ello, se tiene que pensar. Y el hombre, como buen
solucionador de problemas que es, crea, consecuentemente, al poder, pero una
vez más muestra esa distorsión relacionada con la finalidad de ese poder.
Un ejemplo de lo que
sucede en la ética de la persona humana del siglo XXI es la automatización de todos los
procesos, que, si se extralimita, genera más
problemas. Nos hemos
vuelto expertos en simplificarnos la vida con nuevas
soluciones tecnológicas, cuyo
propósito de existir,
nació, en algunos
casos, en un garaje,
como Apple, de Steve
Jobs, Microsoft, de Bill Gates,
o Facebook, de Mark Zuckerberg, que, junto con otras
buenas ideas de organización, como Google o IBM, están por crear nueva
inteligencia artificial con el afán de optimizar. Sin embargo, su realidad nos aleja de lo humano
o de lo personal y, por tanto,
de la ética, toda vez que sólo la persona
puede tener ética.
Solo hay que ver alrededor: cómo las redes
sociales, si bien mejoran la conexión
entre las personas, a través de un Instagram o en un WhatsApp, pueden hacer
perder el contacto humano en el desempeño de los equipos de trabajo.
EL ARTE DE HACER NEGOCIOS Y SU
CULTURA ORGANIZACIONAL
Un buen profesional es un artista
de su campo y la persona humana
necesita del arte para vivir. Es
común en los dueños de las empresas que disfruten de lo que hacen; que lleguen a
ser felices con ello. No solo los dueños, sino incluso los empleados. Confucio
no se equivocaba al decir
que, si encuentras tu talento, nunca trabajarás.
Simplemente, cuando encuentras tu talento
quedarás sin aliento. Hacer
negocios tiene ciencia, como arte, ya que, además de que se recurre a prácticas y a
herramientas de gestión adquiridas en los últimos siglos, también se hace uso de la experiencia propia
para conseguir los resultados esperados. Por lo tanto, lo mediocre no es arte.
Combatir la mediocridad empieza
con afinar la técnica, siempre
como un medio y no como
un fin; el fin tendría que ser humano.
Para Leonardo Polo, “los agentes de cambio
están definidos en tres instituciones: la familia,
la empresa y la
universidad”6 . He aquí la labor docente como impulsora preponderante
para el crecimiento personal. El derecho a la educación es tan importante como lo material, debido al plexo
social, ya que
el conocerlo brinda un cúmulo de oportunidades para
aprovechar. Enseñar
bien en casa, como en la universidad, o como muchas
personas, en la empresa, resulta
en que se logra servir tu oso hasta de modo dignificante para alcanzar la santidad, como diría Josemaría
Escrivá, a través del trabajo. La
razón busca hacer el bien y recurre
a la técnica para perfeccionarlo.
Hay una sensibilidad
en el arte de los negocios. En cualquier reproducción artística puede generar
sentimientos o tendencias de agrado o desagrado. Como dirían los médicos: “si
no hay dolor, no te podrías dar
cuenta de que estás enfermo”.
Pero no hay que
olvidar que no puede existir
un arte que vaya en
contra de la dignidad humana
o de la moralidad. Si mientes,
desnaturalizas la inteligencia; en cambio, si eres
virtuoso, descubres instrumentos potentes como la
facilitación de las
comunicaciones a través de
los números aplicativos informáticos; la regeneración de órganos mediante
el uso de la robótica; o el mayor
acceso a las medicinas por medio de los canales
de distribución de las grandes
farmacéuticas. Un buen profesional es un artista en su campo, y eso se logra con hábito de perfección y con la necesidad de
hacerlo moralmente bien, ya que no habría arte alguno en enriquecerse
violando los derechos de privacidad en las redes
sociales o lucrando
con la falta de medicina
para las personas que más las necesitan. Cada empresario se vuelve responsable
del arte que ha decidido empuñar. En línea con ello, los grandes progresos de nuestra forma
de hacer las cosas empezaron con ideas de negocio cuyos
fundadores disfrutaron intensamente con ello, como la gastronomía de Gastón
Acurio, o el arte de la cultura chicha de Túpac, representada en diversas
expresiones culturales. En ese sentido, técnicamente uno puede hacer
bien las cosas
que le gusta, pero, si se obra mal, ello genera una destrucción cultural.
Nuestro obrar
construye cultura7 —entendida como expresiones del modo de
vivir— y la cultura genera
arte. Al ser la cultura
una manifestación del hombre, se encuentra viva todo el
tiempo, pero no necesariamente es correcta o buena;
solamente trasciende al tiempo, ya que no se puede
medir ni en tiempo ni como valor moral. Tenemos la cultura empresarial
en las pequeñas empresas8 ubicadas en Lima, cuyas características principales las catalogan como pujantes, familiares y, sobre
todo, muy informales. Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) son el motor de
economías en desarrollo y avanzan
en la forma en que se hacen
las cosas en el Perú.
Algunos ejemplos son
los restaurantes, que han materializado nuestra diversidad étnica
y antropológica en cada uno de los potajes nacionales, nos han vuelto más abiertos a
explorar nuevas soluciones y han dado apertura a nuestra creatividad y empleo a
muchas personas que no lo encontraron en el ambiente formal
de las grandes
empresas. Sin duda,
el autoempleo ha permitido la formación de micronegocios y PYMES,
cuyas particularidades y formas de visión del mundo son diversas en ética,
pero encajan en el contexto cultural peculiar de Lima. El complejo de tiendas
textiles de Gamarra, en el distrito de
La Victoria; los distribuidores
ferreteros del mercado de Las Malvinas
en el cercado de Lima;
o el mercado de muebles de Villa María del Triunfo tienen
las propias características de una forma
de hacer negocios peculiar en la capital del Perú. Así pues, en la cultura
empresarial limeña, reina el desorden y el aprovechamiento de las oportunidades
de marginar muchas veces en busca de menores gastos. Estos menores gastos
generan disyuntivas ilegales, como el pago de menos impuestos o sobornos de
autoridades gubernamentales para obtener licencias; empero, también disyuntivas
éticas de trato inhumano a sus trabajadores o autoconvencimiento de la frase “hecha la ley, hecha la trampa”,
que menoscaba cada día la conciencia
de hacer las cosas del modo correcto.
Por
otro lado, la
cultura se construye viviéndola y comunicándola; generando una riqueza única.
En ese sentido, la peculiaridad de los negocios
en Lima ha podido motivar
confraternidad. Es típico compartir con los niños a fin de año en eventos de ayuda social; dar
soporte a las autoridades en su quehacer
diario, auxiliando al policía o al serenazgo frente a la perpetración de un
delito. También forman esta
cultura los aguinaldos de Fiestas Patrias
y de Navidad, que, hasta en
la informalidad,
se dan de una u otra manera. Así
como las rondas campesinas ayudaron en su momento a defender a las comunidades
del terrorismo en la década de los años 80, en el campo empresarial de Lima, las asociaciones o cooperativas permiten, actualmente, a las empresas
protegerse cual comunidad frente a la
delincuencia, y las “juntas”9 de microempresarios ayudan a conseguir capital
ante la negativa
del sistema financiero formal.
Esta cultura de
integración ha permitido nuevos negocios: empresas de seguridad exitosas, como Prosegur, o microfinancieras, como
Mi banco, que han satisfecho las necesidades de seguridad y financiamiento, respectiva- mente, suscitadas en esta nueva cultura empresarial. De aquí que se convierte en
un círculo virtuoso… No, es mejor citar: “la posibilidad de
crecimiento sugiere libertad. La persona humana es fundamentalmente libre para perfeccionar
perfeccionándose”10.
LAS EMPRESAS ENFOCADAS AL BIEN
COMÚN
La verdad
es mayor que la vida
misma. El hombre
es un ser social y político.
Le falta dialogar para pensar
en común, ya que no solo basta
con una idea: es un pensamiento. Es por ello que Aristóteles decía que el
hombre es un animal racional. Sin embargo, con un enfoque tomista, es
un cuerpo abierto, moldeable, con capacidad infinita
de posibilidades; aunque, no del
todo, es decir, no
es omnipotente, como Dios, de manera que no podría ocupar su lugar. Un
cuerpo con vida racional que encuentra en la ética una necesidad muy clara del deber ser. Por lo tanto, la conducta humana se despliega solo cuando piensa,
no solo en la vida personal, sino también en la vida
social.
Refiriéndome a los postulados de Immanuel Kant:
“el ser humano es un fin, no
un medio”. Así, se hace
imprescindible la misión
de descubrir ese
fin; es decir: “si tienes un por qué, resistirás cualquier cómo”,
en las palabras de Friedrich
Nietzsche.
Así como en la
biblioteca se concentra el pensamiento, teniendo como aliado al silencio, la
empresa concentra el progreso humano. Por ello, para un desarrollo sostenible se requiere tener la ética como aliado.
Si observamos posiciones socráticas (Sócrates- Platón-Aristóteles), se descubren
virtudes y otras cosas
buenas como justicia, la igualdad, la tolerancia y los derechos, pero incompletas en personas y familia, basándose en la razón
y no en la fe.
La solución
de una persona humana solucionadora de problemas no va por imponer su razón. La autoridad analítica (dictatorial) y no procesal termina generando una cultura de mentiras y de miedo,
lo cual es contraproducente.
Pero es digno de rescatar de los griegos
lo que ellos
definían como pensar:
“pensar en común”. Así, pues, la verdad es común a la
sociedad; es el bien común. La mentira
disrumpe el conocimiento, ya que es una falsa
verdad. Son los vicios
de poder, como
en el caso de un directivo o de un empresario
que, en la soledad del poder, no tiene a alguien que le diga la verdad, vive fuera de la realidad. Es decir, no hay una
verdad a priori ni
a
posteriori. La verdad acontece cuando dialogas. De aquí que
cito a Aristóteles: “el hombre virtuoso se comporta con su amigo como consigo
mismo, porque el amigo
es otro yo mismo”11.
Cada organización
tiene una misión, y el ejecutivo busca equilibrar los talentos para conseguir
las metas organizacionales. Para solucionar un problema se tiene que ir fuera de la forma de ver las cosas (out of the box). Por lo tanto, cuando
un hombre se basa en el capital
deja de ser ético, ya que
solo el hombre puede ser ético. Tendríamos
que cambiar el enfoque económico de las sociedades: que los dueños dejen
en segundo lugar su necesidad de riqueza y se basen en el bien común.
Este éxito
organizacional no se consigue de la noche
a la mañana; y la forma
de hacerlo es dialogando sobre lo ya logrado. El grado de verdad tiene la
facilidad de ser inversamente proporcional a las pequeñeces sin importancia, ya que la inteligencia no se queda quieta. Al
igual que una declaración de amor, existe
una declaración de propósitos empresariales que encierran variadas virtudes, las que se construyen
inicialmente por una serie de falencias en
la convivencia organizacional, motivo por el cual, requieren reforzarse con diferentes soluciones a escala
individual y colectiva, como, por ejemplo prudencia, eficacia, templanza o justicia, sin
las que no se puede salir adelante. Integrar el tener, en el ser, permite
el amor; amor
por lo que se hace. Ello deja expandir el ser, no solo el tener. Platón
indicaba que un maestro no escribe libros, sino que escribe
en el alma de sus discípulos (alumnos o seguidores). Del
mismo modo, los dueños de una empresa tienen la obligación de trascender en la vida
de sus colaboradores y socios de negocio, como,
por ejemplo, los proveedores, clientes, el Estado,
los acreedores. Hasta ahora,
los mecanismos de valor agregado empresarial se encuentran basados en el
capital, por lo que las decisiones de progreso humano
no han sido pensadas en formar empresas para una mejor
convivencia, sino en maximizar la riqueza de los
accionistas. Por lo tanto, para la toma de decisiones difíciles ha prevalecido la rentabilidad en vez del
bien común. Entre
las fallas del liderazgo actual en las organizaciones del siglo XXI,
está Volkswagen, con la adulteración en la medición de
gases tóxicos para el medioambiente de algunos de sus vehículos; el costo-beneficio del pago de sobornos de Odebrecht en cada país
que licitó, ocasionando corrupción pública y privada
para generar mayores ganancias; o la
formación de carteles de drogas o mafias organizadas de tráfico de armas, cuya
podredumbre humana ha generado muerte y miseria a costa de ingestas enormes
de capital.
El bien común se vuelve
una necesidad de subsistencia armónica en la sociedad, y tiene a la empresa
como unidad fundamental generativa de la misma, con la autoridad requerida por los
dueños al igual
que un padre o madre en la familia, o el rector o profesores de una
universidad. Si en las organizaciones siguen primando el capital, pari passu continuaremos alimentando el
círculo vicioso de corrupción, ilegalidad empresarial y Deterioro de la conciencia humana. Ben Duprédijo:“tenemos un
conocimiento intuitivo de las verdades morales, que no requieren ni admiten
pruebas más allá de sí mismas”12.
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1 Definido en sesión magisterial de la doctora
Isabel Moscoso, PAD, octubre
de 2018.
2
Idalberto
Chiavenato, iniciación a la organización y técnica comercial, p. 4.
3
Alberto I. Vargas,
La crisis antropológica de Occidente y el crecimiento personal, pp. 23-68.
4
Definido en sesión magisterial de la doctora
Genara Castillo, octubre
de 2018.
5
Entendida en
el término de“costo”,derivada de la definición dada en términos monetarios de carácter financiero definida por el Instituto Americano
de Contadores Públicos.
6 Extracto de Polo, L. (2012)
Filosofía y economía, hacia un mundo
más humano.
7 Definida dentro del contexto de antropología cultural
como una disciplina que se dedica a
estudiar diversas manifestaciones artísticas de las
sociedades, del extracto de Alberto Vargas
Enfoque antropológico a la crisis cultural
de Occidente.
8
Pyme es una unidad económica constituida por
una persona natural y jurídica, en cualquier forma de organización o gestión
empresarial contemplada en la legislación vigente, que tiene como finalidad desarrollar actividades de transformación, producción, comercialización de bienes o prestación de servicios.
9
Fondo mutual monetario que permite la entrega de dinero a uno de sus participantes de manera sistemática con el aporte del resto de participantes.
10
Alberto I. Vargas,
La crisis antropológica de Occidente y el crecimiento personal, pp. 23-68.
11
Aristóteles, Ética nicomáquea, siglo IV a. C.
12 Ben Dupré, 50 cosas que hay que saber sobre
la ética, p. 65.
REFERENCIAS
Chiavenato,I.(1993).Iniciaciónalaorganizaciónytécnica comercial. Ciudad de México, México:
McGraw-Hill.
Vargas,A. (2015). La crisis antropológica de occidente y el crecimiento personal según Leonardo Polo (Tesis inédita). Universidad de Navarra, España.
Dupré, B.
(2014). 50 cosas que hay que saber sobre
ética.