LA OTRA RIBERA
FOTOGRAFÍA,
NACIÓN Y MESTIZAJE EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX EN AREQUIPA,
PERÚ. ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE MANUEL JESÚS GLAVE Y VÍCTOR ALCÁZAR
Christine Mladic Janney, Ros Postigo y Juan Carlos Belón
Centro de Investigación y Estudios para la Fotografía (CIEFO)
FOT. Octubre 2021. ISSN: 2709-0507 . V. 4 - Nro. 6. pág. 10 - 17.
Recibido: 27 de julio de 2021 / Aceptado: 21 de agosto de 2021
En Arequipa, ciudad ubicada al sur peruano, aproximadamente a finales
de la segun- da década del siglo XX, Manuel Jesús Glave y Victor
Alcázar decidieron dejar el Estudio de Arte Vargas Hnos., donde
aprendieron la práctica foto- gráfica y trabajaron durante años,
para abrir su propio estudio.
Desde la llegada de la fotografía al Perú en la década de 1840, los
estudios fotográficos fueron frecuentados mayoritariamente por
personas de clase alta, dentro de una socie- dad con una notable
desigualdad social. Esta misma tendencia se replicaba en la ciudad de
Arequipa, donde hacerse fotografiar era una práctica muy solicitada
por personas de la llamada alta sociedad.
Los estudios de fotografía arequipeños de finales del siglo XIX e
inicios del siglo XX, como los de Emilio Díaz, Max T. Vargas o el de
los hermanos Vargas; eran lugares lujosos, decorados con finas cortinas
y con tapices importados, contaron con espacios de galería destinados
a exposiciones y eventos donde concurría la élite local y que,
incluso ostentaron como símbolo de modernidad, la presencia de
energía eléctrica una vez que esta llegó a la ciudad.
Con Glave y Alcázar, la situación descrita líneas arriba cambió. A
diferencia de los estudios de fotografía existentes en Arequipa que
estaban estratégicamente situados cerca de o en la plaza principal de
la ciudad —por su asocia- ción con las ideas de poder y estatus— el
Estudio M.J. Glave & V. Alcazar Fotografos se ubicó en la Alameda
Pardo, al otro lado del río Chili, la otra ribera, espacio geográfico
que históricamente fue ocupado por población de orígen indígena.
Esta ubicación cobra un sentido simbólico, el mismo que junto a los
cambios que la fotografía
—una forma crítica de identificación, memoria e imaginación— estaba
atravesando en ese momento, principalmente por el abaratamien- to de
sus costos de producción, condujeron a que una clientela mucho más
amplia y diversa tuviera acceso a esta, originando un cambio
significativo en la forma en que se practicaba y experimentaba la
fotografía en Arequipa. Cabe anotar, que este cambio coincidió con un
momento de la historia del Perú en el que se debatía cuál era el
lugar que debía ocupar la identidad indígena dentro de la idea de
nación y, a diferencia de otras regiones del país donde el discurso
sobre el indigenismo empezaba a ser dominante, en Arequipa este
discurso estuvo más bien centrado en la idea de una sociedad mestiza.
El mestizaje, considerado como biológico y/o cultural, se convirtió
en un elemento princi- pal en la construcción del imaginario dominante
durante la primera mitad del siglo XX. Si bien la historia ha
acreditado a escritores, pintores y músicos como piezas clave en la
construcción y promoción de esta identidad regional, los estudios
recientes sobre historia de la fotografía arequipeña, sugieren que la
fotografía también habría jugado un rol significativo en la formula-
ción y fortalecimiento del orgullo arequipeño.
Mujer desconocida
Imagen negativa en placa de vidrio de 8 x 12 cm.
Ceremonia en el Atrio de la Catedral.
Imagen negativa en placa de vidrio de 9 x 12 cm.
El archivo de Manuel Jesús Glave y Víctor Alcázar nos permitirá,
entonces, a través de sus imágenes y materiales, preguntarnos si es
que aquello representado en sus soportes puede ofrecernos una idea o
acercamiento de lo que fue o es la identidad arequipeña y cómo pode-
mos develarla a través de la lectura y análisis de su forma y
contenido. La fotografía como herramienta de representación y como
objeto, contribuye en la construcción y materialización de los
imaginarios, en ese sentido, la expansión y democratización de la
fotografía que se dio en simultáneo al inicio de la práctica de
Glave y Alcázar, enriquece y amplía las posibilidades de análisis
sobre las ideas de identidad de la sociedad arequipeña, pues las
miradas se abren incluyendo puntos de vista que hasta ese entonces no
habían tenido la posibilidad de ser representados.
Tal vez no sea una coincidencia decir que, durante los mismos años en
que prácticas como la de Glave y Alcázar estaban democratizando el
acceso a la fotografía y, junto al desarrollo de otras expresiones
culturales, se produjera también un fortalecimiento de la identidad
regional dentro del imaginario dominante.
Hoy en día, el mestizaje continúa celebrán- dose en Arequipa como
parte inherente de su identidad y de su orgullo regional. La narrativa
que sustenta esa identidad se ha apoyado en símbolos locales y
tradiciones que han inte- grado los diversos elementos culturales que
se encontraron dentro de su territorio, dando como resultado la
aparición de expresiones únicas que hoy forman parte del Patrimonio
Cultural, como son su gastronomía, arquitectura, música, entre otras;
y que, a pesar de que esta narrativa se apoya en expresiones propias,
ha dado lugar a que localmente se considere a la región como un
posible ejemplo de integración a seguir en el forjamiento de la
nación peruana, en un intento de unificar lo que a menudo se ve como
una comunidad nacional fracturada.
Bañistas en la piscina de Tingo.
Imagen negativa en placa de vidrio de 9 x 12 cm.
Clases de pintura en el valle.
Imagen negativa en placa de vidrio de 8 x 12 cm.
Esta publicación, que recoge parte de la exposición virtual
presentada por el Centro de Investigación y Estudios para la
Fotografía (CIEFO) y la Universidad Católica San Pablo, se presenta
dentro del marco de las celebra- ciones por el Bicentenario de la
República del Perú y busca explorar el rol que desempeñó la
fotografía como herramienta de representación en la consolidación
del imaginario regional de Arequipa.
Peregrinación a Chapi.
Imagen negativa en placa de vidrio de 8 x 11 cm.
Familia desconocida
Imagen negativa en placa de celulosa de 10 x 15 cm.
Maratonistas en competencia.
Imagen negativa en placa de vidrio de 9 x 12 cm.
Entierro multitudinario en Cementerio de La Apacheta.
Imagen negativa en placa de vidrio de 8 x 11 cm.
Familia desconocida.
Imagen negativa en placa de vidrio de 9 x 12 cm.
Mujer joven con uniforme.
Imagen negativa en placa de celulosa de 6,5 x 9 cm.